El Ejército israelí abate a una periodista palestina

En un primer momento, el gobierno israelí intentó culpar a militantes palestinos. Policías hebreos arremeten de nuevo contra la multitud que asistía al funeral de la informadora en Jerusalén.

Redacción Crónica Norte
MONTREAL, 15 mayo 2022.— Soldados del Ejército israelí abatieron el miércoles a una periodista palestina cuando cubría una operación militar en el campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania. El sábado, el funeral de la informadora fue enmarcado por la violencia causada por policías hebreos que intentaron dispersar a los asistentes.

Shireen Abu Akleh, periodista de la cadena Al Jazeera, fue alcanzada por un tiro en la cabeza. En un primer momento, el gobierno israelí intentó culpar a militantes palestinos de la muerte mostrando un video con activistas disparando. Sin embargo, un investigador del grupo de derechos humanos israelí B’Tselem desmintió el video.

Además se cuenta con el testimonio de compañeros periodistas palestinos que se encontraban en el lugar, entre ellos Ali Samoudi, también reportero de Al Jazeera, quien resultó herido. Ali Samoudi afirmó que en el momento de los hechos, no había operaciones palestinas hostiles que justificaran los disparos del Ejército israelí.

Este sábado, policías israelíes volvieron a cargar contra una multitud que asistía al funeral de la periodista en Jerusalén. Imágenes de Palestine TV muestran que el ataúd casi cae al suelo mientras los uniformados dispersaban a las personas que ondeaban banderas palestinas. El operativo dejó 33 personas heridas, informó la Media Luna palestina.

Abu Akleh, cristiana de 51 años, también tenía la nacionalidad estadounidense. Era muy reconocida por su labor periodística en países de lengua árabe.

Al Jazeera mantiene que su reportera fue asesinada “a sangre fría” por soldados israelíes, en lo que califica como “un horrible crimen que quiebra las normas internacionales”.

De acuerdo con los puntos establecidos en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, el ataque intencionado contra civiles, entre los que se cuentan periodistas que no sean partícipes en las hostilidades, está considerado como un crimen de guerra.