Otra visión del mundo

Habrá una contracción económica de -5.3% que dejará sin empleo a millones de personas. Gobiernos deberán buscar o crear alternativas o someterse a organismos financieros.


Por Rubichelo Monde
Crónica Norte

MONTREAL, 31 mayo 2020.— Según un informe de  la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el terrible efecto que la pandemia dejará en las economías de países latinoamericanos será una contracción regional promedio de -5.3% para 2020. Esto, en otras palabras, significa pobreza y desempleo.

Esta crisis, con una caída de -5.3% del Producto Interno Bruto, será la peor en toda la historia de la región. Y para resaltar la gravedad del asunto la CEPAL menciona que la sola contracción comparable es la que se dio en 1930 con la Gran Depresión con un -5%.

Según el documento de la CEPAL, cinco han sido los factores de esta contracción en esta situación de pandemia que son: 1) reducción de las exportaciones, 2) caída del turismo, 3) Desplome de los precios de productos básicos, 4) Temor a invertir y 5) reducción de las remesas.

Las proyecciones de la CEPAL anticipan un aumento de 3.4 puntos porcentuales en la tasa de desempleo que la ubicarían en 11.5%. Esto significa que este año 37.7 millones de personas pasarán este año a engrosar las filas del desempleo.

Este efecto negativo en el ingreso de los hogares generaría 29 millones de personas en situación de pobreza este año, para ubicar esta cifra en un total de 215 millones de personas en la región. En tanto, la pobreza extrema aumentaría 16 millones de personas.

Para superar la crisis, la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, hace un llamado a la “cooperación y solidaridad internacional” y dice que “los líderes del G-20 ‘deben apoyar’ que las organizaciones multilaterales presten a tasas de interés favorables y alivien de la deuda a los países altamente endeudados, aplazándola o condonándola”.

Además la CEPAL propone que los países de América Latina entreguen un ingreso básico de emergencia que garantice una canasta básica de alimentos y otras necesidades durante seis meses a toda la población en situación de pobreza en 2020, es decir a 215 millones de personas. Esto implicaría un gasto adicional del 2.1 del PIB.

Pero estas últimas son sólo recomendaciones de la CEPAL. Nada obliga a los gobiernos de América Latina a dar este ingreso básico de emergencia ni nada obliga a  las organizaciones multilaterales llámense Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial a que presten a tasas de interés favorables y mucho menos que condonen la deuda a ciertos países.

El futuro lo pintan negro otra vez para América Latina. El resultado dependerá de cada gobierno que deberán escoger en buscar soluciones alternativas que alivien la economía de sus pueblos o someterse a las exigencias de organismos financieros internacionales que hacen del saqueo su modo de vida.

O tal vez la solución venga de la sociedad, una sociedad que piense, actúe y encuentre las salidas que los gobiernos no quieren encontrar.


Vea reporte de la CEPAL:

https://www.cepal.org/es/comunicados/pandemia-covid-19-llevara-la-mayor-contraccion-la-actividad-economica-la-historia-la


Crónica de una mexicana exiliada por el covid en Villeray. Hoy, en este pedacito de norte, sabe que el cariño cura y que las solidaridades frente a la crisis son muchas


Por Rosalinda Hidalgo*

https://janacua300.wixsite.com/tharexikua/post/exiliada-por-covid-en-villeray-cr%C3%B3nica-de-mi-sobrevivencia-en-montreal

*Antropóloga, activista y bailarina mexicana exiliada
por decisión personal en Rosemont, Montreal, Canadá. Desde
hace un año habita en Montreal como parte de una colaboración
con la organización de derechos humanos Comité pour les Droits
Humains en Amérique Latine, con quienes participa en un proyecto
sobre las causas estructurales de la migración
con población centroamericana y de México.


Es mayo de 2020 en la ciudad de Montreal; comienza el calor después de muchos meses de invierno. Disfruto este sol y cielo azul, mientras voy rumbo a la clínica de despistage du covid en Montreal Nord, una zona considerada de altos contagios en la ciudad y en el país.

Montreal ha sido uno de los epicentros del covid en Canadá con casi 50,000 casos y más de 4,000 muertes [2]. Hubo un momento en que tan sólo en la provincia de Quebec la cifra de infectados y muertos era la misma que en todo México. En comparación con la ciudad vecina de Nueva York, los casos son menores y la atención médica, por lo menos para la prueba de detección, ha sido accesible. Sin embargo eso no quita el miedo de que mi salud empeore y la sensación de que no quería morir sin ver a mi hermana y no quería morir en Norteamérica, como muchos mexicanos están muriendo en Nueva York.

Un día después de haber realizado la prueba, nos llamaron para confirmar que teníamos el covid. Inmediatamente avisé a quienes había visto la semana pasada, era una sensación de pena y preocupación. Agradecí ser joven, sana, y no tener enfermedades graves. Pero los síntomas que tenía me hacían ya depender de otros y otras. Inmediatamente pensé en quienes estén enfermos y no reciben ayuda, en todos aquéllos que al igual que yo ignoramos cómo funciona el sistema de salud de este país y desconocemos la lengua. Pensé en quienes tienen que parar de inmediato de trabajar y no cuentan con nada para enfrentar la enfermedad, pobres, enfermos y solos. O sea “los nadie”, como diría Galeano.

A estas alturas el apreciable lector se preguntará cómo me contagié… en casa, en la communate Dandurad, al compartir una cena con mi vecino coloc para evitar ese aislamiento y distanciamiento social que innegablemente sentimos impuesto. Él trabajaba como personal de mantenimiento en un hospital de la ciudad, esa noche me enteré. Él, un hombre sano y fuerte, pero desesperado por la realidad y el encierro, pensaba que el covid sólo era un asunto de viejitos y no le daba a los jóvenes. Aunque reconocía que había muchos muertos y todo el tiempo hablaba de la catástrofe por el covid, él nunca se asumió como un posible transmisor; no supo reconocer los síntomas previos y, por supuesto, en su trabajo ni él ni nadie tenía las garantías de seguridad para hacer frente a la pandemia. En aquel mismo momento yo escribía un artículo sobre las violaciones a los derechos de los trabajadores agrícolas temporales en los campos de Quebec en tiempos de covid.

La enfermedad

No comencé a sentirme mal sino hasta cinco días después del contagio. Días antes sentí molestia al no tener el gusto por la comida y no poder respirar bien. Lo comenté con mi hermana, mi compañero y una amiga, pero negamos de inmediato la posibilidad de que estuviera contagiada, reduciéndolo a un posible resfriado de mayo.

Para el fin de semana los dolores en los pulmones eran fuertes, las caricias me hacían llorar. Yo pensaba que era tensión, pero no. Conforme pasaban las horas se iban manifestando otros síntomas, dolor fuerte en las articulaciones y mucho cansancio. Para ese momento, ya nada me parecía normal, intuía que estaba enferma y mi compañero ya también se sentía mal. Así que el fin de semana que iba a compartir con mi compañero y que  en mi fantasía lo había asociado a noches de alcohol y sexo, en realidad fue de dolor, abstención y cuidado mutuo.

El lunes amanecí con la certeza de que  tenía (la enfermedad, el virus, la COVID-19), así que me preparé para dejar mi casa y hacer unas vacaciones largas a la casa de mi compañero en la cooperativa de vivienda Chez Nous, chez vous. Nos estábamos preparando para nuestro confinamiento dentro de la cuarentena. Nos prohibimos los primeros días de sol y calor que anuncian el tan esperado verano.

Al día siguiente fuimos hacernos la prueba y encontramos el lugar más indicado… en el otro extremo de la ciudad. Así fue mi tour por la zona industrial de Montreal Nord, nos perdimos alrededor de 30 minutos y resta decir que todo el trayecto fue de malestares y tensiones. No encontrábamos la dirección y, entre la parsimonia de mi compañero y mi neurosis, era obvio que estábamos vibrando muy bajo.        

Avisamos a nuestras respectivas familias, amigas y amigos más cercanos para que estuvieran al tanto de nosotros. La madre de mi compañero lloró y mi hermana también, posiblemente en algún momento pasó por sus cabezas nuestro funeral. Pero estoy segura de que para quienes hemos estado enfermos de covid, ese es un escenario posible, las complicaciones y la muerte. Y desafortunadamente es verdad y es ahí donde quiero apuntar en todas esas reflexiones acerca del cuidado que debemos de tener, de la lucha contra el distanciamiento social y los escenarios catastróficos de inmovilización, de militarización, de hambre y de esta desigualdad lacerante que refleja el covid, tanto en los Nortes como en los Sures.

La solidaridad, base para la cura

Al dar aviso, inmediatamente amigas y amigos tanto de Montreal como de México se movilizaron y se conmovieron por nosotros al saber que el covid estaba dentro de nuestra comunidad y de gente a quienes tenemos cariño. Estoy segura que por la cabeza alguno pasó: “la peste ha llegado a casa”.

A diferencia de la noticias donde se ve como son rechazados y discriminados los enfermos por covid, los habitantes de Chez nous, Chez vous, actuaron con solidaridad, pero eso no implica que no tuvieran miedo al contagio. Doy gracias especialmente a Noemí y a cada uno de esos vecinos que aunque aún no conozco, ellos ya me conocen y se solidarizan en la vida cotidiana con nosotros. Sin estas acciones de cuidado y solidaridad es imposible curarse del covid.

Es precisamente de estos hechos que también tenemos que hablar. De la solidaridad que hay aquí en este pedacito de norte que nos ha ayudado a curarnos del covid. Chez nous, Chez vous es para mí  un  pueblito dentro del barrio de Villeray en la gran ciudad de Montreal. Por pueblito no lo digo como algo despectivo sino todo lo contrario; con ese valor de ser y formar parte de una comunidad, en otras palabras donde “mi barrio me respalda”. Es una cooperativa de habitación con 40 departamentos  o sea alrededor de 20 familias, que a diferencia de otras que hay en la ciudad de Montreal, aquí ellos hacen todo a través del trabajo voluntario;  desde la administración hasta la limpieza de los espacios comunes. Conocer esta experiencia me hizo recordar el funcionamiento de la Escola Nacional Florestan Fernandez del MST en Brasil, quienes también cada grupo  o turma se encarga del trabajo de mantenimiento.

Las sopas, despensa y por supuesto hasta las chelas que los vecinos nos han traído han ayudado a nuestra recuperación —me siento como una exiliada en Villeray.—Yo, quien antes de esta experiencia veía con escepticismo la solidaridad en estos países. Y es que frente a un colonialismo histórico del norte al sur, muchas veces asociamos a las sociedades del norte a lo frío, distante, e individualista además del racismo y clasicismo que también existen en Canadá. Sin embargo, vivir la enfermedad fuera el gueto latino me dio una lección: No se puede homogenizar al norte. Si bien hay racismo e individualismo, Chez nous nos muestra que las formas en que surgen las solidaridades frente a la crisis son muchas, pero todas ellas se basan en lazos y organizaciones sociales sólidas, respaldadas por el trabajo comunitario. Orgullosamente estoy en el Sur del (N)norte. Ahora ya se sabe que en este pueblito, esta curándose una mexicana infectada por covid y no creo que haya habido oposición. Eso sí, las reglas son claras y firmes: no podemos salir ni para asomar las narices.

Las llamadas de amigas y amigos, sus consejos, el monitoreo y los regalos que nos hicieron llegar, nos daban tranquilidad y ánimo.

La recuperación

Vivir el confinamiento es difícil, pero vivirlo enferma es aún más difícil. Aun y al sabernos apoyados, estábamos obligadas a pasar el umbral de la enfermedad. Eso significó padecer los malestares: la incomodidad de dormir mal, la desorientación, el cansancio profundo, el dolor en el cuerpo (principalmente en las articulaciones), la atención oportuna a las crisis de tos con sangre, etc. Nos dio miedo que el covid escalara. Esta enfermedad no es como una gripe normal, se vive como una montaña rusa, hay momentos en los que te encuentras bien que hasta dan ganas de bailar y en otros crees que hay que ir al hospital inmediatamente. Afortunadamente ninguno de los dos, nos hemos puesto tan mal para recurrir a la hospitalización.

Los primeros días de la enfermedad sentí que una especie de sombra negra recorría todos los órganos de mi cuerpo. A la semana nos dimos cuenta que habíamos perdimos masa muscular y,  aunque muchas veces no teníamos hambre, nos obligábamos a comer sano, muchos tés con jengibre y limpieza en casa. Con mucho amor nos hemos ido recuperando poco a poco. Ya casi serán dos semanas que estamos enfermos, y hasta los gatitos se han puesto malitos. Entonces debemos esperar unos días más. Espero que las secuelas del covid sean solo en la memoria y no en algún órgano de nuestros cuerpos.

Al tiempo de mi recuperación he leído una novela larga que me ha trasladado a la ciudad lejana de Kars en Turquía, también he revisado diferentes artículos y manifiestos, uno que me ha inspirado mucho ha sido el de un grupo de anarquistas en Chile. Por supuesto he revisado la obra clásica del existencialismo, La Peste de Camus, quien invita “a la idea de la solidaridad y la capacidad de resistencia humana frente a la tragedia de vivir”. Escribir esta crónica ha sido también parte de mi terapia para la recuperación y memoria en este lugar, en esta etapa de mi vida y para compartirla con quienes se han solidarizado con nosotras.

El miedo al salir al mundo y las
posibilidades de la nueva normalidad

El sol, el calor y los cielos azules los puedo ver desde este balcón en Villeray. Veo cómo los vecinos toman su cena y cómo entre balcones conviven entre ellos. Vi cómo el manzano de un día a otro comenzó a florecer; he aprendido a reconocer como las ardillas se llaman para aparearse, he disfrutado los tonos de los atardeceres y en general, cómo se manifiesta la vida después de un largo invierno, todo desde un (pequeño) balcón.

Me he atemorizado en pensar cómo es que será la salida del confinamiento cuando aun hay contagios masivos, cuando la gente sigue muriendo sola y sin atención. Me preocupa pensar el regresar a mi país y no reconocerlo. Cómo ha cambiado tanto el mundo en un año! Y sin embargo la vida se manifiesta.   

La enfermedad, la muerte, la crisis, el aislamiento y la soledad nos llevan a reflexionar sobre el sentido de la vida y sobre las apuestas a “las nuevas normalidades que queremos”, las solidaridades que  tenemos que resaltar para la base de nuestra supervivencia. La solidaridad y el trabajo mutuo serán cada vez más una práctica desde la vida cotidiana para quienes no tenemos nada, un principio fundamental para vivir.

Dar cuenta de que el temor, el egoísmo y el acuartelamiento individualista de muchas familias, así como el aislamiento hasta de nosotras  mismas, terminará matándonos y/o volviéndonos más locos, enfermando más nuestras sociedades. El recrudecimiento de la violencia de género sigue costando vidas en México, tan solo en la cuarentena han habido más de 300 muertes de mujeres, niñas y niños a causa de violencia doméstica. En Montreal y en Canadá también la violencia y la enfermedad mental se ha disparado. Tan solo unos ejemplos: En otra cooperativa en Villeray, hubo un asesinato de una niña dentro de su propia casa a cargo de su madre. En otra calle cercana un chico de 18 años se disparó. Y un vecino desesperado de sí mismo infringió la ley para ser detenido por la policía y ser atendido en el hospital. En abril no se puede olvidar la terrible matanza en un pueblo de Nueva Escocia a cargo de un dentista adinerado, que al ser dejado por su esposa asesinó a más de 18 personas, esta ha sido considerada la segunda peor  matanza en Canadá en los últimos 30 años.

La locura, la desesperación, el absurdo también vienen con la crisis: la falta de papel de baño era real, así como la inexistencia de harina, mantequilla y carne en los supermercados, todo era parte de ese escenario indignante que no lográbamos comprender a principios del confinamiento. De la misma manera, el racismo institucional se legitimaba y aprovechaba a colocar a “cada uno en su lugar” las mujeres afrodescendientes  o latinas, a la labor del cuidado de personas enfermas, mientras que a las trabajadoras agrícolas extranjeras se les habría la puerta para que continuaran realizando la labor que desde hace más de cuatro décadas vienen realizando sin siquiera garantizar sus derechos. Todas esas cosas también debemos de combatir. Al tiempo de intentar sobrevivir a una crisis económica que cada vez exacerba más las desigualdades, tanto en el Norte como en el Sur.

No puedo dejar de sentir la preocupación por los distintos escenarios por los que está atravesando mi país frente al covid, por ejemplo: la incredulidad y valemadrismo que persiste aún en las personas acerca del covid, el comercio ambulante prohibido mientras que los Wall Marts están llenos, la crisis económica y las formas en cómo se vive, así como la oportunidad del crimen organizado para aprovecharse de esto al momento de repartir de manera cínica despensas a las familias a quienes les han arrebatado a sus familiares, etc. Saber que los picos del contagio están cada vez más presentes en poblaciones indígenas significan muerte por desigualdad a poblaciones que ya estaban excluidas, etc. Pensar en cientos de albergues cerrados para la población migrante, en lo catastrófico que esto significa para muchas personas. Los limbos sociales también están cerrados, sin tener posibilidad de reapertura. De manera más trivial me es  inimaginable pensar que  este viernes por la tarde las cantinas en la Ciudad de México estarán cerradas, pero más me duele saber que mi tío que está enfermo de cáncer pulmonar la pasa mal y no poderlo ayudar en este momento.

Eso y más hace atrincherarme en esta casa, en el balcón de mil colores, en los brazos del amante que cariñosamente me detiene en este mundo y sin embargo, esto no puede seguir siendo posible. Pero mientras tanto abrazo cariñosamente a los gatos, preparo la comida con amor, y trato de hacer  reordenamiento de este espacio para disfrutar el verano y la vida en común.

El fin de cuarentena en Villeray… mi realidad

El gobierno de Quebec al saber que hay un caso positivo da 15 días de encierro obligado; de ser violado este encierro, puedes ser sancionado con 1500 dólares de multa. A principios de la próxima semana cumpliremos ese plazo y espero que ya estemos sanos y libres de covid. No estoy segura si seremos parte de los casos de inmunización a la enfermedad, pero sí doy por hecho que tendremos anticuerpos frente a posibles exposiciones a futuros contagios de covid. Todo lo anterior me hará de nueva cuenta una sobreviviente. En otras palabras,  pondré otra raya al tigre.  

¿Qué me deja esta experiencia? En principio, los aprendizajes de solidaridad que debemos de reconocer  en nuestros contextos inmediatos. La narrativa hegemónica frente al covid, nos quiere ver atemorizados, fragmentados, tratando de encontrar soluciones individuales a un problema social como algo  individual. Los sobrevivientes sabemos que eso es imposible, porque la base de nuestra supervivencia depende de los otros y del cuidado que estamos dispuestas y dispuestos a hacer para quienes nos necesitan. Así que quienes tienen el temor de vivir solos esta enfermedad, les digo que primeramente debemos de romper la estructura del individualismo, porque en estas circunstancias la idea de la meritocracia no sirve, ya que ante la enfermedad y el encierro todos dependemos de los otros. Y recordar que siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos, basta con tener la humildad para solicitarlo.   

El covid es esta gran sombra negra que al igual que pasa por todos nuestros órganos, también pasa por todos los tejidos sociales. ¿De qué manera queremos sobrevivir o morir, cómo y con quiénes? La realidad mundial se ha transformado radicalmente para todos. A los pobres los ha golpeado al punto de la muerte. Cuidarnos entre los Nadies es lo que tenemos. Mucha gente ha muerto sola y aislada, sin tener siquiera un modesto funeral, estoy segura que a nadie nos gustaría morir así, porque es importante apostarle a la certeza de vivir y morir acompañados como un ejemplo de compasión y de saber que, pese a cualquier circunstancia, no nos quedaremos como un cuerpo abandonado y pestilente, en una fosa común o estacionado en alguna morgue ambulante, porque los muertos son tantos que no hay ni siquiera espacio para ellos. Saber que tenemos derecho a la tristeza y a llorar a nuestros muertos.

Las experiencias de solidaridad que ahora se manifiestan son producto de acciones previas: los bancos de alimentos que hay en el norte, las ollas comunes que se están dando en el sur, los resguardos comunitarios por la defensa de los territorios, los cuestionamientos al patriarcado, la economía emergente de trueque y hasta los llamados de los vecinos para saber si estemos bien, son y serán las practicas de las nuevas normalidades, donde la defensa de la vida se ponga ante todo como el centro de nuestra inspiración del agradecimiento diario a la vida misma.

Pronto será mi cumpleaños, posiblemente lo celebraremos en el balcón, bajo los colores del sunset. Beberemos un vino y haremos una celebración sencilla con un gâteau aux carottes que tanto me gusta.  Posiblemente tenga un fin de semana romántico y mi fantasía de noche viernes de alcohol y sexo se hará realidad, aunque no tengo tantas expectativas. Después de esto regresaré para casa para hacer una pequeña mudanza. Mi nueva normalidad será como la de muchos otros, de supervivencia en el cotidiano, en un escenario y con una temperatura distinta a como cuando deje la casa, el largo invierno es ya una metáfora del pasado inmediato. Estoy fuerte y acompañada para recibir las olas de realidades que al igual que las sombras del covid me tocarán, y sin embargo no me espantarán, porque estoy preparada para la supervivencia aquí y allá.  

Bienvenido sea el verano y todas las flores que nos recuerdan la belleza de vivir.

Villeray, Montreal. 22 de mayo de 2020.  


[1]  Para el 24 de mayo la cifra oficial para la provincia de Quebec , era de 48mil casos confirmados y casi 4000 muertes.


Para salir de los gastos provocados por la pandemia países latinos acudieron en masa al FMI, quien exige a cambio las recetas de siempre: reducción de trabajadores, recorte de salarios y más privatizaciones


Rubichelo Monde
Crónica Norte

MONTREAL, 26 mayo 2020.— Recorte presupuestario, reducción de trabajadores, recorte salarial, debilitamiento de las protecciones laborales y la promoción de privatizaciones, seguramente usted ya escuchó alguna vez estas frases. Y sí. Son las recetas que el Fondo Monetario Internacional impone a países que piden un préstamo a esta institución.

Y es que con la pandemia, la figura de este organismo vuelve a despuntar en el horizonte de América Latina. El virus tomó por sorpresa a todos y muchos países tienen que recurrir a la deuda para enfrentar la crisis sanitaria. De nuestro continente, 17 países ya han ido a tocar las puertas del FMI.

En esta coyuntura del COVID-19,  el FMI creó dos programas de ayuda rápida. Una es el Mecanismo de Crédito Rápido, conocido como RFC por sus siglas en inglés, para países de bajos ingresos. La segunda es el Instrumento de Financiamiento Rápido (RFI) que es para todos los miembros del Fondo.

En América Latina 11 países ya obtuvieron préstamos con estos instrumentos de emergencia. Estos países son: Dominica, Granada, Haití, Santa Lucía, Bolivia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Panamá y Paraguay. 

Otros dos: Honduras y Colombia obtuvieron prestamos regulares para ser utilizados con el mismo fin: enfrentar la pandemia.

Y Argentina, bueno Argentina es un caso especial porque ya tenía una deuda con el FMI y este viernes entró en default, es decir (cesación de pagos) e incumplió con el pago de intereses a acreedores privados.

Pero, porque no, otro préstamo para Argentina del FMI para sufragar los gastos causados por el coronavirus no está mal.

El asunto es el regreso en masa a los brazos del FMI quien autorizó préstamos a 13 países latinoamericanos con la condición de que después de la pandemia deberán repetir las viejas recetas de ajuste al gasto público, es decir, reducción de trabajadores, recorte salarial… etcétera.

La región había logrado liberarse del Fondo durante unos 12 años. De 2005 hasta el 2018 cuando Argentina y Ecuador regresaron al rebaño de la institución financiera.

Para algunos, el Fondo Monetario Internacional podría ser un  salvavidas de América Latina, para otros, un gran error. Depende de  a qué especialista le pregunte. Pero mejor ponga   a los especialistas a un lado y pregúntese a usted mismo qué podría esperar según su propia experiencia. No importa de qué país de América Latina venga usted. Seguro ya fue testigo o víctima de estas recetas.

Aún no sabemos si los préstamos del FMI son un acierto o un error.

Si son un acierto, será algo nuevo en nuestras vidas y veremos crecimiento y prosperidad para todos en nuestra América Latina.

Si son un error, la historia se repetirá de nuevo: crisis, desempleo y pobreza en las clases medidas y bajas, seguida de movilizaciones sociales. Esto último al menos en teoría, porque so pretexto de las medidas sanitarias es posible que ya no permitan manifestaciones en las calles… habrá que buscar nuevas formas de movilización.

Aún no sabemos si fue un acierto o un error. Lo que sí sabemos es que el futuro de las nuevas generaciones ya está hipotecado.


* Estalla la opinión pública y las redes sociales por los casos de Ingrid y Fátima. El presidente López Obrador responsabiliza al modelo neoliberal de las pasadas administraciones. 


José Castillo
Crónica Norte
, especial


MÉXICO, 19 febrero 2020.— Los recientes asesinatos de Ingrid Escamilla, de 25 años; y de la pequeña Fátima, de tan sólo 7, elevó la alerta de feminicidios en México y aumentó el pánico e indignación entre la sociedad.

Ante los hechos, a través de las diferentes redes sociales, se han intensificado las campañas para salvaguardar la integridad y  seguridad de las mujeres. Asimismo, se ha convocado a diferentes manifestaciones para exigir al gobierno del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, acciones y resultados que frenen la crisis de violencia que atraviesa el país.   

Durante su acostumbrada conferencia de prensa que ofrece todas las mañanas el presidente de la república, López Obrador sostuvo su discurso donde responsabiliza de lo ocurrido al modelo neoliberal de las pasadas administraciones y declaró que es más un oportunismo mediático por parte de la clase conservadora y por la mayoría de los medios de comunicación.


Foto: Ehécatl

Durante la conferencia, un grupo de mujeres se manifestó a las afueras de Palacio Nacional, en la capital del país, que con carteles, pintas y consignas exigían mayor seguridad. Ante los cuestionamientos de la prensa a lo que sucedía en ese momento, el presidente López Obrador descalificó el actuar de los manifestantes, dijo que no se puede enfrentar la violencia con más violencia.

“Tenemos que atacar desde el fondo, fortalecer los valores en la sociedad y en la familias mexicanas… nosotros no rompimos ni un vidrio”

De acuerdo con cifras oficiales, la violencia contra las mujeres en México sigue a la alza y ha sido catalogado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), como

el segundo país con más feminicidios en America Latina y el Caribe, tan sólo por abajo de Brasil. 

Los cinco países con más casos registrados son: Brasil, que registra 1206 feminicidios; México con 898 feminicidios; Honduras con 235; El Salvador con 232 y Guatemala con 172.


Charla en exclusiva con Latitud45.ca en su reciente visita a Canadá
* Habla de su infancia, de Cuba, del Cuarteto Patria, de Compay Segundo, Ibrahim Ferrer y de aquella etapa maravillosa con Buenavista Social Club; de sus sueños y proyectos


Por Francisco Ortiz Velázquez
Crónica Norte/Latitud45


MONTREAL, 9 octubre 2018.— Recio, fuerte a sus 72 años, con una voz privilegiada, sonora, diáfana en claro desafío al tiempo, con su sempiterno sombrero vaquero y su guitarra tresillo especial del cual desgrana armonías de matices y sonidos mágicos envueltos en son, Eliades Ochoa, leyenda de la música cubana, habla en exclusiva para Latitud45.ca durante su reciente viaje a esta ciudad, donde recibió un Premio Latin Awards Canadá por su trayectoria.
   En esta charla el maestro de la trova habla de su infancia, de Cuba, del Cuarteto Patria, de Compay Segundo, Ibrahim  Ferrer y de aquella etapa maravillosa con Buenavista Social Club; de sus sueños y  proyectos. De la vida hecha canción guajira y son.

 —A la distancia del tiempo y el espacio. ¿Que me dice de La Loma de la Avispa (Songo La Maya), Santiago de Cuba?

— ¡Ay, ay ay! — sonríe el maestro cubano y levanta la cara radiante—; me ha mentado usted un lugar sagrado: La Loma de la Avispa. Ahí nació Eliades Ochoa, un día 22 de junio de 1946. Ahí todos los vecinos toda la gente me quiere mucho y yo a ellos porque me traen muy gratos recuerdos de mi infancia y de mi vida. Me siento bien ahí en la Loma de la Avispa.



 – Usted aprendió a tocar la guitarra y luego el tres en forma autodidacta…

– Sí, sí, sí. Nunca fui a la escuela de música y eso todo mundo lo conoce porque incluso hay un libro de mi compañera (su esposa, quien lo acompaña) Grisel Sande (libro biográfico “Eliades Ochoa de la trova para el mundo”; Sande Figueredo, Grisel; Ediciones Cubanas de ARTEX, 2009, 208 pp.), que recoge la vida, la historia de Eliades Ochoa y ahí explica todo esto, que tengo una guitarra especial con un sonido de distintas armonías que no tienen las guitarras normales. Es una guitarra normal pero con una armonía distinta buscando el sonido del tres cubano y creo que lo logré, no exactamente al 100 por ciento, pero sí sale muy parecido el sonido del tres en mi guitarra especial.

 —¿Tuvo una influencia Guillermo Portabales en la música de Eliades Ochoa?

 —Yo creo que no. Yo creo que no –asume en tono categórico—… Se respeta a Guillermo Portabales porque es un artista al que hay que respetar; es un nombre fuerte dentro de la cultura, de los artistas, a pesar de que yo podría decir que le volví a dar vida a El Carretero, un tema suyo que tal vez eran de esas cosas que estaban en el cajón del olvido o que estaban guardadas hasta que yo llegara.
    “Gracias al proyecto de Buena Vista Social Club –continúa –, este tema El Carretero, de Guillermo Portabales, puedo decir que le di vida; que lo volví a sacar a la luz pública, como otros temas que tal vez surgirán a lo largo de nuestra conversación”.
    Mejor conocido como Guillermo Portabales, cuyo verdadero nombre era José Guillermo Quesada Castillo (6 de abril, 1911, Rodas, Cuba – 25 de octubre, 1970, San Juan, Puerto Rico), fue un compositor y guitarrista cubano que popularizó entre los años treinta y sesenta la canción guajira, un estilo cubano de música campesina.

 “Me pidieron que no dejara nunca la música tradicional cubana. Y lo he cumplido…

 —¿Dígame cuáles son sus sentimientos del Cuarteto Patria original?

 — El Cuarteto Patria original jamás se me va a borrar de la mente, nunca, jamás. Yo me recuerdo de los compañeros ya viejecitos, del Cuarteto Patria y mantengo algo que me dijo su director de siempre, Francisco Cobas La O. Pancho me pidió que nunca dejara la música tradicional cubana. Y lo he cumplido y lo haré mientras sea Eliades del Cuarteto Patria o físicamente Eliades.

– ¿Como era su vida y su carrera profesional hasta antes del proyecto Buenavista Social Club?

— Muy buena, muy buena… Yo comencé en el Cuarteto Patria en el año ’78. Y en el año ’80 fue elegido como el mejor grupo de música tradicional de Santiago de Cuba. En el año ’81 fui al Festival Califester visitando muchas islas: Granada, Barbados, Curazao, Martinica, Guadalupe, llevando siempre la música, la trova nuestra. Luego viajamos a Nicaragua y a la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Y estuvimos en Holanda, en las Islas Canarias y en muchos lugares.    “Y  llegué a Buena Vista Social Club en el ´96 y de ahí, en lugar de hacer 20 conciertos en el año, hacíamos 70 conciertos, porque este proyecto abrió las puertas al mundo de la música cubana y todas las agrupaciones cubanas comenzaron a viajar, gracias a Buena Vista Social Club”.

Yo puedo decir que fui el primero, de los primeros fundadores de Buena Vista Social Club…

—¿ Que sintió la primera vez que grabaron juntos todas estas leyendas con Buena Vista Social Club?

-– Yo me recuerdo todo lo que iba pasando, pero había muchos artistas ahí que estaban presentes por si hacía falta que alguien tocara un bongó o una maraca o un güiro o que hiciera un coro. Pero no porque estuvieran citados para trabajar con Buenavista… Los músicos fundadores de Buena Vista Social Club fueron Grisel y Eliades Ochoa, porque todo mundo sabe que los africanos que iban a trabajar con Eliades Ochoa no se presentaron, nunca llegaron. 
   El maestro de La Loma de la Avispa se refiere a que, en 1996, el productor discográfico, el británico Nick Gold, esperaba en La Habana a un grupo de músicos africanos para grabar junto con músicos de Santiago de Cuba. Las solicitudes para los visados de estos artistas se perdieron y ellos no pudieron viajar a la isla. Entre estos artistas se encontraba el Príncipe de la Kora ( instrumento hecho de una gran calabaza, con 21 cuerdas), Tuomani Diabaté, virtuoso músico africano, de Mali, en el corazón del África Occidental.
   El proyecto de Gold se entrelazó felizmente con el del compositor, productor y músico estadounidense Ry Cooder, quien en una semana de viaje en La Habana buscaba grabar un disco de música tradicional cubana. Todo derivó en la realización del álbum Buena Vista Social Club, del cual Cooder fue el productor y Gold el productor ejecutivo y conceptualizador de la grabación. 
   El álbum se convirtió en todo un fenómeno musical y cultural y a la fecha ha vendido más de 8 millones de copias, ganó un Grammy en 1998, además de emanar un documental que realizó Wim Wenders en 1999 y que fue nominado al Óscar.

 Prosigue Eliades Ochoa :

 — Los fundadores fueron Juan de Marcos (productor y músico), que se encargaba de  buscar a todos los artistas que iban a participar; Rubén González (pianista); Ibrahim Ferrer (cantante); Compay Segundo (músico y cantante); Ry Cooder y Eliades Ochoa…  Estaban “Guajrio” Mirabal con la trompeta (Manuel Mirabal Vásquez), Cachao (Israel López) con el bajo y Amadito Valdés en los timbales. Luego se fue sumando gente y aparecieron muchos artistas que hicieron ya sea un coro o tocaron los bongoes…
   Y reafirma contando con los dedos: “Los fundadores de Buena Vista Social Club, a quienes llamaron las cinco estrellas, fuimos: Compay Segundo, Ibrahim Ferrer, Rubén González, Ry Cooder y Eliades Ochoa… Yo puedo decir que fui el primero, de los primeros fundadores, porque estabamos esperando a los africanos, que no llegaron pero nosotros estábamos ahí. Y el dueño de la discográfica (Nick Gold) nos dijo que iba a hacer un disco con artistas cubanos y Juan de Marco se encargó de buscar a los artistas que ya mencioné.

 “Tendríamos que dar mil gracias a Buena Vista Social Club, por  la posibilidad de llevar nuestra música alrededor del mundo… 

 — ¿Tiene usted un recuerdo muy especial con Compay Segundo que nos quiera compartir?

 — Yo conocí a Compay Segundo en Santiago de Cuba. Pancho, el fundador del Cuarteto Patria me lo presentó. Y él estaba conmigo, pertenecía a la plantilla del Cuarteto Patria desde el año ’87 u ’88 hasta el año 1991 en que él regresa a La Habana y forma un trío que amenizaba en varios lugares.
   Prosigue: “Hasta que cantamos el famoso Chan-Chan, que yo saqué a la luz pública y lo llevé por primera vez a la placa en un disco; lo ensayamos y lo cantamos por primera vez en la Casa de la Trova de Santiago de Cuba. Y se vino una familia: Compay Segundo y Eliades Ochoa eran como hijo y padre. Hasta que con Buena Vista Social Club Compay pasó a ser una bandera de la música cubana en el mundo”. 

 — ¿Cual es su momento inolvidable con Buena Vista Social Club? 


Foto: Rubichelo Monde

— Yo creo que no hay un momento inolvidable, sino todos los momentos, gracias al público que nos recibía con tanto cariño, con tanto respeto, con tanto amor. Creo que tendríamos que dar mil gracias al movimiento Buena Vista Social Club, que nos dio la posibilidad de llevar nuestra música alrededor del mundo. Y varias veces le dimos la vuelta al planeta. 
    “Y no podría decir que me gusta más Chan-Chan, El Carretero o el Cuarto de Tula. Todos estos temas que yo saqué (antes de Buenavista) a la luz pública, porque ya no se escuchaban. Y cuando hizo explosión Buena Vista Social Club, sencillamente todos aquellos números cantados por Eliades Ochoa se fueron de hit e hice cantar a todo el mundo y todo el mundo se conocía los números y cantaban con nosotros (en los conciertos)… Yo puedo decir que Buena Vista Social Club dio felicidad y alegría…

 — ¿ La música cubana le debe algo a Ry Cooder? O Ry Cooder a la música cubana?

— Ry Cooder se ajustó a lo que hacíamos nosotros. Él se adapta a nosotros, porque es posible que él no conociera la música, las tradiciones cubanas. Hay que decir que él es un artista, un guitarrista muy bueno, un super guitarrista, pero a la hora de hacer un disco con sones, boleros, guaracha, él no puede, tiene que adaptarse a nosotros. Todo lo que hizo lo realizó muy bien. Y todos quedamos como una familia. Hemos ido a su casa, hemos compartido con él después de todo aquello de Buena Vista y seguimos siendo una familia.

Ibrahim Ferrer se ganaba la vida como limpiabotas y tuvieron que limpiarle las manos con acetona para que pudiera cantar…

 —Platíqueme una anécdota con Ibrahim Ferrer.

— Te puedo decir que no quería venir a hacer la grabación de Buena Vista Social Club y que cuando Ibrahim llegó y Juan de Marco González logra convencerlo de que venga a cantar, a participar en el disco, la compañera que tenemos aquí presente, Grisel Sande Figueredo (esposa, escritora y biógrafa de Eliades) y la señora de Juan de Marco tuvieron que limpiarle las manos, porque se estaba ganando la vida como limpiabotas. Y tuvieron que limpiarle mucho con acetona las manchas que traía de tinta. 
   “Él lo dice en la película, que cuando llegó (al estudio de grabación), Eliades Ochoa lo recibió cantando cosas que él cantaba. Eso lo estaba oyendo el jefe, el dueño de la discográfica Nick Gold y nos pidió que, eso que estábamos cantando, lo ensayáramos bien porque le había gustado y quería grabarlo. Y los temas con los que recibí a Ibrahim quedaron grabados en el proyecto de Buena Vista Social Club. E Ibrahim pasó a ser, de un artista limpiabotas, a una autoridad, a todo un ejemplo dentro de la cultura cubana en el mundo”.
   “Ibrahim Ferrer llenaba los estadios —abunda Eliades—, los teatros; pasó a ser una historia. Yo creo que las personas como Ibrahim, como Compay y como Rubén González, son lo que son. Porque cuando se hable de cualquiera de ellos van a seguir siendo lo que son, porque sembraron en el pueblo y en el mundo su música, su arte, su cariño, su respeto y la gente los va a seguir admirando y recordándolos siempre. Y las personas como ellos no mueren nunca… 

— Eliades siempre está haciendo algo nuevo ¿Qué proyectos hay?

— Hay muchas cosas, mañana vamos a recibir un premio aquí en Montreal, Canadá, por los años de trabajo que hemos venido realizando con mucha seriedad, siempre pensando en el público, porque tratamos de darle mayor brillo y aunque pensemos que hemos hecho bien las cosas, el público se merece mucho más de lo que podemos hacer. 
   “Y hace poco hice un tema que anda por varios millones de vistas, con Descemer Bueno (La Habana, 5 de julio 1971; cantante, compositor y productor) y que se titula Preciosa (casi 3 millones de vistas en You Tube  https://www.youtube.com/watch?v=j7KYaRoNJcE ). Una canción que la verdad no sale de la televisión y de la radio de Cuba, la gente la pide y es algo increíble por la belleza que tiene.

“Sé que en Cuba ha habido cambios y que vendrán más. Eso está en manos de los dirigentes cubanos…

 — ¿Cual es su sentimiento sobre los últimos cambios en la vida social y política de Cuba?

 — No hablo mucho de política y no me gusta, hablando en plata, pero sé que en Cuba ha habido cambios y que vendrán más cambios. Eso está en manos de los dirigentes cubanos, pero Eliades Ochoa no habla de ese tipo de cosas porque yo me dedico a la música, yo soy músico, artista, yo no soy político y no me gusta hablar de eso. Yo a la música y el político a la política. Y entonces prefiero que usted me pregunte si conocí a Matamoros…

–  ¿Usted conoció a Miguel Matamoros?

 — Sí, lo conocí, muchos años lo veía y lo veía, ya de último cuando estaba un poco enfermo, allá en el Tívoli en Santiago de Cuba. Lo visité en su casa dos o tres veces, hablamos muy poco pero lo conocí. Y a muchos otros como Ñico Saquito… Me gusta hablar mucho de  los artistas con los que he trabajado, de los que en realidad tienen bien puesto ese nombre: maestros.
   Miguel Matamoros (Santiago de Cuba, 8 de mayo, 1894 – 15 de abril, 1971) fue un legendario cantante, músico y compositor, autor de temas como Lágrimas Negras, Son de la Loma y La Pelusa entre muchísimos más. Creador del épico Trío Matamoros. 

—  ¿Aún así, usted qué futuro le avisora a Cuba?

 — Eso lo saben los que manejan la política en Cuba. Yo podría decirle qué futuro podría tener el Cuarteto Patria (…) Pero decirle ahora qué rumbo va a coger la política de Cuba, yo no puedo… Porque además no lo sé.  Palabras que no me gusta saber, no me gusta contestarlas.

 Pero en una de sus canciones, El Yerberito, con Manú Dibango, usted dice “Y cuando Castro la oiga, qué vamos a hacer”. (www.youtube.com/watch?v=kWXgynxpeD8¿Usted la llevaba muy bien con Fidel Castro?

 Eliades carraspea antes de contestar.
—Ese Castro que menciono en ese disco es el dueño de la discográfica en la que yo hice el tema con Manú Dibango. Ese no es el presidente cubano. Su nombre es Gilbert Castro. El dueño de la disquera para quien estábamos haciendo el disco. (Álbum Cubáfrica. Cuarteto Patria con Manú Dibango, 1998). (Manú Dibango, 12 de diciembre, 1933, Douala, Camerún, es un saxofonista, pianista, vibrafonista, director de orquesta, autor, compositor y cantante).

— ¿Pero no es, como nosotros le llamamos en México, que su comentario llevaba cierta jiribilla, cierto mensaje, con doble intención?

— No, no me dedico a eso, no me interesa…

La nueva música cubana, los jóvenes: “Hay que mantener la música nuestra…

 – La nueva música cubana, los jóvenes, ¿qué consejo les da? 

— Lo primero que hay que hacer y es algo que están haciendo muchas agrupaciones en Cuba, es mantener la música nuestra… Y por eso hay que hablar siempre de Buena Vista Social Club. Les preguntan si se saben el Chan-Chan y se lo saben; si se saben el Cuarto de Tula y se lo saben; Píntate los labios María, se lo saben; El Carretero, se lo saben… A la luna yo me voy y Quien fue primero si la gallina o el huevo. Todos se los saben porque fueron temas a los que volví a dar vida con Buena Vista Social Club y como en el mundo se conocen esos temas, cuando vienen los visitantes a Cuba preguntan por esas canciones. Esos temas los canta todo el mundo.

 – ¿Como lo ha recibido Montréal?

 — Aquí reciben a uno como siempre, con cariño, a veces con mucho frío, pero el calor humano se hace cargo de que te sientas bien y de que no sientas el frío que hace afuera. Yo he venido cinco veces o algo así y siempre me he llevado el mismísimo recuerdo y el mismísimo cariño… Aquí el que viene la pasa bien (…) Esos son los cosas bonitas que me gusta llevarme cuando hago una gira por algún lugar, esos son los premios grandes que yo recibo: el cariño, el respeto, la admiración y el calor humano del público. Eso es lo más lindo que pueda haber…

La relación México-Canadá política y diplomática sufriría un retroceso que tomaría muchísimos años volverse a recuperar”, afirmó Juan José Gómez Camacho

Con información de Gabriela Casas
Crónica Norte

OTTAWA, 25 junio 2019.— “Si algún día Canadá decidiera imponer de nuevo la visa a México, pierden los dos países. Pierde Canadá económicamente, pierde Canadá políticamente; y la relación México-Canadá política y diplomática sufriría un retroceso que tomaría muchísimos años volverse a recuperar”, afirmó categórico el embajador de México en Canadá, Juan José Gómez Camacho, al clausurar el Foro Global MX en la capital canadiense.
   Este foro, el cual analizó la relación México-Canadá,  se realizó del 21 al 23 de junio y contó con la presencia de empresarios, comerciantes, artistas, líderes comunitarios y científicos de la comunidad mexicana en el exterior.
   Al cerrar los trabajos de este encuentro, el diplomático mexicano afirmó que hace unos días se reunió con autoridades canadienses para decirles: “No jueguen con lumbre. Si imponen la visa perdemos los dos”. En esta línea, aseguró que hace muchos años que México dejó de ser un país mediano al sur de Estados Unidos. “Para Canadá, México ya no es un socio menor, sino un país mucho más importante con un peso específico sumamente relevante”.
   Gómez Camacho hizo un llamado público para ayudar a resolver dos problemas que afectan enormemente a la comunidad mexicana en Canadá que son: primero, la estigmatización de los mexicanos como narcotraficantes y el segundo es la presión al estatus de no visa para los visitantes de México.

Estigmatización de los mexicanos



El primer problema afecta principalmente a la comunidad mexicana en Quebec, “pero tendría un afecto más amplio si esto no se corrige”, aseguró el diplomático al referirse a un reportaje publicado por un medio quebequense en el que se afirma que unos 400 sicarios y miembros de carteles mexicanos de la droga se pasean libremente por las ciudades de Canadá, debido al levantamiento de las visas llevado a cabo por el gobierno liberal de Justin Trudeau.
   “Espero que esto ya se haya logrado contener, pero no está claro aún”, afirmó el embajador quien deploró el reportaje que “sin ninguna base y con mentiras abiertas” estigmatiza a la comunidad mexicana. “Esto no solamente es despreciable, ofensivo y es una mentira, sino que puede tener un impacto político enorme”, subrayó.
   Criticó que los conservadores quebequenses piensen que “es gratis, no pasa nada, no tiene efectos usar a los mexicanos otra vez como piñata” y enfatizó que la reacción de la embajada mexicana ha sido dura al hacer ver (a los conservadores) que “están jugando con lumbre, que traería a Canadá consecuencias políticas y en otros sectores si se empieza a estigmatizar a los mexicanos”.

Un problema real

Con lo respecto al segundo problema dijo que este sí es real y causa mucha presión a la “sostenibilidad” de la no visa a los mexicanos porque en México hay una percepción de que la mejor forma de migrar a Canadá es pidiendo refugio.
   A partir del 1 de diciembre de 2016 se eliminó el visado para los mexicanos que quisieran entrar a Canadá. Una de las condiciones del gobierno de Justin Trudeau para levantar la visa fue que el número solicitudes de refugio no rebase los 3 mil 500 por años. “Actualmente estamos en 5 mil y la cifra sigue creciendo; ahora sí tenemos una amenaza muy seria”, informó el diplomático mexicano.
   Para finalizar, el embajador Gómez Camacho se dirigió a los residentes mexicanos en Canadá para ayudar a contrarrestar estos problemas. “Ustedes tienen un papel central que jugar porque la comunidad mexicana en Canadá tiene peso económico y político. Ayuden a generar un contramovimiento de redes sociales para educar y hacer ver a la gente en México el terrible error de venir a Canadá por la puerta falsa”.

lunes, abril 22, 2024 Canadá
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