“Las alas del deseo”, un poema fílmico de Wim Wenders
Reseña del cine olvidado. El director alemán realiza una exploración poética y filosófica de la vida, la muerte y la existencia en el Berlín dividido de la Guerra Fría. Sin duda, un deleite visual que invita a la introspección
Eduardo Tenahua
Crónica Norte
MONTREAL.— Las alas del deseo, dirigida por el aclamado cineasta alemán Wim Wenders, es una obra maestra del cine poético y existencialista. Estrenada en 1987, esta película ha sido aclamada por su profunda reflexión sobre la condición humana, el amor y la búsqueda de sentido en un mundo dividido. Basada en la novela El cielo sobre Berlín de Peter Handke, ganador del Premio Nobel de Literatura, la película mezcla melancolía y esperanza en una danza visual y narrativa que cautiva desde el primer instante.
La historia sigue a dos ángeles, Damiel (Bruno Ganz) y Cassiel (Otto Sander), que observan la vida de los humanos en una Berlín dividida por el Muro. Invisibles para todos excepto para los niños, estos ángeles escuchan los pensamientos y sentimientos de las personas, pero no pueden experimentar las sensaciones humanas. Damiel, cansado de su existencia etérea, anhela sentir el calor del sol, el sabor del vino y el amor de una mujer. Este anhelo lo lleva a enamorarse de Marion (Solveig Dommartin), una trapecista, y a considerar la posibilidad de renunciar a su inmortalidad para vivir como humano.
Aspecto Poético
La poesía es un elemento central en Las alas del deseo. La película está impregnada de un lirismo que se manifiesta tanto en los diálogos como en la cinematografía. Los versos de Peter Handke, recitados en voz en off, añaden una capa de profundidad y belleza a la narrativa. “Sobre los tejados, bajo la luna, observo la ciudad dormida. Sus sueños se mezclan con los míos, en una danza silenciosa de deseos y esperanzas”. Este tipo de reflexiones poéticas resuenan a lo largo de la película, elevando la experiencia cinematográfica a un nivel casi espiritual.
Cinematografía y dirección
Wim Wenders utiliza una combinación de blanco y negro para representar el mundo de los ángeles y colores para el mundo humano, creando un contraste visual que subraya la separación entre lo etéreo y lo tangible. Los planos largos y los movimientos de cámara fluidos capturan la esencia de Berlín, una ciudad cargada de historia y emociones. “Oigo el llanto de un niño, la risa de una pareja enamorada, el susurro de un poeta. Cada vida, una historia que contar, un universo por descubrir”.
Actuaciones memorables
Bruno Ganz y Otto Sander ofrecen actuaciones conmovedoras como los ángeles que anhelan experimentar la vida humana. La presencia de Peter Falk, interpretándose a sí mismo, añade un toque de humanidad y realismo a la historia. Falk, conocido por su papel en la serie de televisión Columbo, actúa como un puente entre los mundos de los ángeles y los humanos, ofreciendo una perspectiva única sobre la vida y la mortalidad.
Reflexiones existenciales
La película explora temas profundos como el amor, la mortalidad y el deseo de conexión. “Anhelo sentir el calor del sol en mi piel, el sabor del vino en mis labios, el amor de una mujer en mi corazón”. Damiel representa el anhelo universal de experimentar la vida en toda su plenitud, a pesar de sus dolores y desafíos. “Soy un ángel, un ser de luz, pero envidio la fragilidad de los humanos. Su capacidad de amar, de sufrir, de vivir cada instante como si fuera el último”.
Las alas del deseo es una obra cinematográfica que trasciende el tiempo y el espacio, ofreciendo una reflexión profunda sobre lo que significa ser humano. La película de Wim Wenders es un testimonio de la belleza y la complejidad de la vida, presentada a través de una narrativa poética y visualmente deslumbrante. “Un día, tal vez, pierda mis alas y me convierta en uno de ellos. Entonces conoceré el sabor de la vida, con sus alegrías y sus tristezas”.
La película nos deja con una sensación de esperanza y maravilla. “Mientras tanto, seguiré observando, escuchando, aprendiendo. Y soñando con el día en que pueda sentir, amar y vivir como un humano”. Con estas palabras, Wenders cierra su meditación visual, dejando al espectador con una profunda apreciación por la vida y sus innumerables matices.
Las alas del deseo es una película que invita a la introspección y al deleite visual. Wim Wenders ha creado una obra maestra que captura la esencia de la poesía y la filosofía en cada fotograma. Su exploración de la vida humana a través de los ojos de un ángel nos recuerda la belleza y el valor de cada momento, haciendo de esta película una experiencia cinematográfica inolvidable.
También puedes consultar:
Los versos de Peter Handke, recitados en voz en off, añaden una capa de profundidad y belleza a la narrativa. “Sobre los tejados, bajo la luna, observo la ciudad dormida. Sus sueños se mezclan con los míos, en una danza silenciosa de deseos y esperanzas”. Este tipo de reflexiones poéticas resuenan a lo largo de la película, elevando la experiencia cinematográfica a un nivel casi espiritual.